Una insistencia del ser humano ha sido en saber lo que diferencia a la especie humana de las demás, y se llegó a creer (sobre todo impulsado por las religiones «eso de que sólo los humanos tenemos alma») que la diferencia estaba en que los humanos tenían la capacidad para empatizar, estado emocional en el que otras especies no surgía. Estar conectado con los demás, entenderlos y sentir su dolor no es exclusivo del ser humano. El primátologo Frans de Waal, gran estudiador de las emociones animales, habla con Punset sobre empatía y simpatía, capacidades clave para el éxito en la vida social.
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Fuente:Uned psicologia y http://www.redesparalaciencia.com/